
Helen Keller
Nació en Alabama, Estados Unidos, el 27 de junio de 1880. Al nacer, Helen era dueña de todos sus sentidos, sin embargo, a los 19 meses enfermó de escarlatina, enfermedad cuyas consecuencias le impedirían comunicarse con el mundo exterior durante muchos años. Poco después de sufrir dicha enfermedad, los padres de Helen percibieron que la niña había perdido la vista, el oído y el habla, es decir, era ciega y sordomuda.
El milagro de Ana Sullivan
Tras varios años de tenerla en casa sin saber cómo llegar a su mente, decidieron contratar a una profesora, la señorita Sullivan, que también había sido ciega y había recuperado la vista. Ella utilizó el método dactilológico para la educación de Helen. Ya en su primer encuentro, la maestra depositó una muñeca en los brazos de Helen y escribió en una de sus manos la palabra "muñeca". El rostro de Helen proyectaba el esfuerzo de concentración que estaba realizando por comprender ese comportamiento inusual por parte de esa desconocida. Pero aún pasarían meses hasta que comprendiera que su maestra estaba intentando comunicarse con ella.
Tras una ardua lucha de Ana Sullivan con la propia Helen, que no entendía las repentinas exigencias de su entorno, y con los padres de la niña, a los que una compasión mal entendída les hacía abandonarla a su “aislamiento animal”; un buen día, Helen relacionó los toques en su mano que formaban la palabra “muñeca” con la muñeca que sostenía en sus brazos. Y en ese momento, todas las palabras que había aprendido mecánicamente con su maestra adquirieron sentido: Una sonrisa iluminó su cara en ese instante crucial para su existencia.
Helen Keller diría más tarde: "De pronto me di cuenta de que hasta ese momento había conocido solamente la oscuridad y el silencio… Mi vida carecía de pasado y de futuro… Pero una breve palabra expresada por los dedos de otra persona cayó en mi mano y mi corazón se regocijó ante la dicha de vivir". A partir de ese momento inicial de comprensión, Ana Sullivan enseñó a Helen cómo comprender el mundo que la rodeaba y, bajo esas circunstancias, la niña se fortalecía física y moralmente. Entre los diez y los once años, Helen ya dominaba el alfabeto manual y pasó a estudiar el alfabeto Braille. Al colocar sus manos sobre la garganta y los labios de un individuo, Helen sentía las vibraciones de las cuerdas vocales y el movimiento de los labios, lo que le permitía "oír" hablar. Paralelamente se desarrollaban el espíritu y la mente de Keller, así conoció la naturaleza: las flores, la lluvia etc. Cuando Helen cumplió 18 años ya tenía conocimientos de geometría, álgebra, física, botánica, zoología y filosofía. A los 20 años, Helen se inscribió en la escuela superior y consiguió graduarse cuatro años después.
Una vida plena
Para "oír" música y saber si una persona era alegre o triste, activa o indolente, Helen se valía de sus pies, ellos captaban las vibraciones que se producían en el suelo, proporcionándole la información necesaria. Su olfato llegó a estar tan desarrollado que podía distinguir, por el perfume, el “color” de las lilas. Con inteligencia y esfuerzo, Helen Keller supo utilizar todos los recursos que ella y su maestra consideraron adecuados para triunfar sobre el infortunio en que la habían sumido la ceguera y la sordomudez.
Al mismo tiempo, Helen se dedicó a transmitir sus experiencias, inculcando también a otros la fe y el deseo de superar las limitaciones físicas. Para la tarea que se impuso Helen Keller en favor de ciegos y sordomudos, utilizó las conferencias y los libros que ella misma escribió. Entre los libros escritos por Helen se encuentran los siguientes: Historia de mi vida, Optimismo, El mundo en el que yo vivo y Tengamos fe. El mensaje de Helen Keller, lleno de optimismo y de fe, de esfuerzo y dedicación, va dirigido a la humanidad entera: hombres sanos o discapacitados que en cualquier circunstancia deben tener la capacidad de superar los obstáculos.
Helen Keller murió a los 78 años, dejó de existir en el mismo mes en que nació: junio, pero del año de 1968, después de una vida plena de optimismo y de posibilidades y logros humanos.