sábado, 9 de enero de 2010

ANA SULLIVAN



Helen Keller

Nació en Alabama, Estados Unidos, el 27 de junio de 1880. Al nacer, Helen era dueña de todos sus sentidos, sin embargo, a los 19 meses enfermó de escarlatina, enfermedad cuyas consecuencias le impedirían comunicarse con el mundo exterior durante muchos años. Poco después de sufrir dicha enfermedad, los padres de Helen percibieron que la niña había perdido la vista, el oído y el habla, es decir, era ciega y sordomuda.
El milagro de Ana Sullivan
Tras varios años de tenerla en casa sin saber cómo llegar a su mente, decidieron contratar a una profesora, la señorita Sullivan, que también había sido ciega y había recuperado la vista. Ella utilizó el método dactilológico para la educación de Helen. Ya en su primer encuentro, la maestra depositó una muñeca en los brazos de Helen y escribió en una de sus manos la palabra "muñeca". El rostro de Helen proyectaba el esfuerzo de concentración que estaba realizando por comprender ese comportamiento inusual por parte de esa desconocida. Pero aún pasarían meses hasta que comprendiera que su maestra estaba intentando comunicarse con ella.
Tras una ardua lucha de Ana Sullivan con la propia Helen, que no entendía las repentinas exigencias de su entorno, y con los padres de la niña, a los que una compasión mal entendída les hacía abandonarla a su “aislamiento animal”; un buen día, Helen relacionó los toques en su mano que formaban la palabra “muñeca” con la muñeca que sostenía en sus brazos. Y en ese momento, todas las palabras que había aprendido mecánicamente con su maestra adquirieron sentido: Una sonrisa iluminó su cara en ese instante crucial para su existencia.
Helen Keller diría más tarde: "De pronto me di cuenta de que hasta ese momento había conocido solamente la oscuridad y el silencio… Mi vida carecía de pasado y de futuro… Pero una breve palabra expresada por los dedos de otra persona cayó en mi mano y mi corazón se regocijó ante la dicha de vivir". A partir de ese momento inicial de comprensión, Ana Sullivan enseñó a Helen cómo comprender el mundo que la rodeaba y, bajo esas circunstancias, la niña se fortalecía física y moralmente. Entre los diez y los once años, Helen ya dominaba el alfabeto manual y pasó a estudiar el alfabeto Braille. Al colocar sus manos sobre la garganta y los labios de un individuo, Helen sentía las vibraciones de las cuerdas vocales y el movimiento de los labios, lo que le permitía "oír" hablar. Paralelamente se desarrollaban el espíritu y la mente de Keller, así conoció la naturaleza: las flores, la lluvia etc. Cuando Helen cumplió 18 años ya tenía conocimientos de geometría, álgebra, física, botánica, zoología y filosofía. A los 20 años, Helen se inscribió en la escuela superior y consiguió graduarse cuatro años después.
Una vida plena
Para "oír" música y saber si una persona era alegre o triste, activa o indolente, Helen se valía de sus pies, ellos captaban las vibraciones que se producían en el suelo, proporcionándole la información necesaria. Su olfato llegó a estar tan desarrollado que podía distinguir, por el perfume, el “color” de las lilas. Con inteligencia y esfuerzo, Helen Keller supo utilizar todos los recursos que ella y su maestra consideraron adecuados para triunfar sobre el infortunio en que la habían sumido la ceguera y la sordomudez.
Al mismo tiempo, Helen se dedicó a transmitir sus experiencias, inculcando también a otros la fe y el deseo de superar las limitaciones físicas. Para la tarea que se impuso Helen Keller en favor de ciegos y sordomudos, utilizó las conferencias y los libros que ella misma escribió. Entre los libros escritos por Helen se encuentran los siguientes: Historia de mi vida, Optimismo, El mundo en el que yo vivo y Tengamos fe. El mensaje de Helen Keller, lleno de optimismo y de fe, de esfuerzo y dedicación, va dirigido a la humanidad entera: hombres sanos o discapacitados que en cualquier circunstancia deben tener la capacidad de superar los obstáculos.
Helen Keller murió a los 78 años, dejó de existir en el mismo mes en que nació: junio, pero del año de 1968, después de una vida plena de optimismo y de posibilidades y logros humanos.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Os agradezco que hayáis publicado esta historia, que me parece preciosa, sobre todo por el coraje de la maestra, que supo luchar con la incomprensión de todo el entorno y no rendirse, confiando en las capacidades del ser humano más allá de las limitaciones.
Un saludo,
María José

Nadia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nadia dijo...

Salir a flote.

Pienso que hay que estar lleno de fuerza y ganas para hacer lo que hizo Ana Sullivan porque intentar enseñar a una persona a la que le es imposible comunicarse debe ser muy complicado. Para Helen debió ser un milagro que, después de no poder oír, ver ni hablar durante años por la enfermedad que sufría, alguien le devolviera al mundo enseñándola a conocer su entorno y comunicarse con él. Además que después pudiera dar conferencias o escribir libros para animar a muchas otras personas que pasan por lo mismo a que no se rindan, demuestra el gran esfuerzo que tanto Helen como Ana hicieron. Si eso me hubiera pasado a mí, creo que no habría sido capaz de llegar a tanto, es más, me habría rendido enseguida.

jorge dijo...

Después de haber leído la historia de Helen Keller y de cómo Ana Sullivan consiguió comunicarse con ella después de que una enfermedad la dejara sorda, ciega y muda desde pequeña me ha parecido asombrosa. A pesar de que Ana no conseguía resultados al principio, no se rindió en ningún momento. La esperanza de los padres que no dejaron a su hija a pesar de su terrible enfermad es un ejemplo del amor que sentían por ella y las ganas de poder enseñarle cosas como cualquier padre a un hijo. Además Helen tenía que ser muy inteligente porque aprendió cosas como a saber lo que alguien estaba diciendo sólo con ponerle las manos en la garganta y en los labios. Es una historia muy bonita y un ejemplo de superación personal.

Lorena dijo...

¡INCREIBLE PERO CIERTO!
La primera vez que leí este texto, no podía imaginarme como Helen siendo ciega y sordomuda podia lograr comunicarse con las demás personas de la forma en que la enseñó Ana Sullivan.
Me han parecido muy interesantes las enseñanzas de Ana Sullivan a Helen, y como esta con inteligencia y esfuerzo conseguía comprender todos aquellos conceptos tan dificiles para ella.
Es increible como Helen escuchaba música y sabía si una persona estaba alegre o triste a partir de las vibraciones que captaban sus pies, que le proporcionaban la informacion necesaria. En mi opinion,la vida de Helen no fue nada fácil, y estuvo llena de obstáculos, pero con mucho optimismo y fuerza logro superarlos.
Saludos,
Lorena 3ºA

Paumh dijo...

La historia de Helen Keller y Ana Sullivan me estremece porque demuestra la capacidad del ser humano para allanar las adversidades de la vida.
Creo que es un hecho muy importante porque es un ejemplo para otras personas con las mismas discapacidades, pues les impulsa a superarse a si mismas y poder llevar una vida lo mas normal posible.

gmta dijo...

Hellen Keller fue una gran luchadora, ya que a los 19 meses de nacer tuvo escarlatina y se quedó ciega y sordomuda.
Sus padres hicieron lo correcto, contratar a la señorita Ana Sulivan que había paado por ello. Ana a través de un vocabulario inventado por ella, enseñó a Hellen ha reconocer cosas y conocer el mundo exterior. Con mucho esfuerzo y con un gran mérito Hellen se matriculó en una universidad y consiguió el graduado.

sergio dijo...

Me parece una buena noticia debido a que los sentidos son 5 y tener inutilizados 3 de ellos me ha chocado muchísimo y pensaba que eso n podía existir. No me ha gustado la actitud de los padres ante la enfermedad de la chica, pero me ha encantado por esa ayuda recibida por Ana Sullivan que se esforzó mucho para conseguir cosas casi imposibles al alcance humano.
A mí el autor o autora me ha hecho meter en el papel de los dos personajes porque soy una persona a la que le interesan estos temas mucho, no conocía la enfermedad que sufría la chica y menos que pudiera derivar en estos problemas.

Sergio Sánchez José 3b