En las Azores han pasado de la caza másiva de cachalotes a convertirlos en un icono para atraer a los turistas.
Hace menos de un siglo, veíamos como los multimillonarios se embarcaban en los balleneros para dar presa a mamíferos marinos de más de cincuenta toneladas, ahora, la situación ha cambiado muy positivamente. En el archipiélago portugués, las personas tenían una íntima relación con el mar, no fueron ellos los que introdujeron esta práctica, sino los norteamericanos, que, tras acabar con la ballena franca boreal, comenzaron a buscar nuevas ballenas a las que dar caza. Finalmente, encontraron una nueva especie, el cachalote, que, a pesar de ser muy difícil de capturar, fue la más popular entre los balleneros. Los métodos de captura variaron bastante entre los residentes de las islas y los norteamericanos, dadas las grandes diferencias económicas. Los habitantes del archipiélago seguían métodos tradicionales, como por ejemplo, el empleo del arpón, que durante muchas horas el cachalote podía llevar incrustado en su cuerpo, arrastrando el barco muchos kilómetros hasta acabar agotado y, por fin, ser capturado. Mientras los residentes utilizaban estos métodos, los norteamericanos ya usaban arpones explosivos y barcos con una gran potencia. Estos marineros y cazadores empezaron a interesarse por la caza de otros animales marinos como el atún. En 1989, la Convección de Berna aprobó una ley que prohíbe la captura de cualquier cetáceo en aguas portuguesas. Ahora, la zona de las Azores está considerado uno de los mejores lugares para la observación de cetáceos. La población azorana, tras la aplicación de esta ley, se distanció bastante de estos seres, pero precisamente sus islas se han convertido en uno de los destinos más deseados para muchos turistas, que van allí con la finalidad de contemplar a unos mamíferos extraordinarios, como son los cachalotes.
Juan José Díez IES Campo Charro 3º A
Hace menos de un siglo, veíamos como los multimillonarios se embarcaban en los balleneros para dar presa a mamíferos marinos de más de cincuenta toneladas, ahora, la situación ha cambiado muy positivamente. En el archipiélago portugués, las personas tenían una íntima relación con el mar, no fueron ellos los que introdujeron esta práctica, sino los norteamericanos, que, tras acabar con la ballena franca boreal, comenzaron a buscar nuevas ballenas a las que dar caza. Finalmente, encontraron una nueva especie, el cachalote, que, a pesar de ser muy difícil de capturar, fue la más popular entre los balleneros. Los métodos de captura variaron bastante entre los residentes de las islas y los norteamericanos, dadas las grandes diferencias económicas. Los habitantes del archipiélago seguían métodos tradicionales, como por ejemplo, el empleo del arpón, que durante muchas horas el cachalote podía llevar incrustado en su cuerpo, arrastrando el barco muchos kilómetros hasta acabar agotado y, por fin, ser capturado. Mientras los residentes utilizaban estos métodos, los norteamericanos ya usaban arpones explosivos y barcos con una gran potencia. Estos marineros y cazadores empezaron a interesarse por la caza de otros animales marinos como el atún. En 1989, la Convección de Berna aprobó una ley que prohíbe la captura de cualquier cetáceo en aguas portuguesas. Ahora, la zona de las Azores está considerado uno de los mejores lugares para la observación de cetáceos. La población azorana, tras la aplicación de esta ley, se distanció bastante de estos seres, pero precisamente sus islas se han convertido en uno de los destinos más deseados para muchos turistas, que van allí con la finalidad de contemplar a unos mamíferos extraordinarios, como son los cachalotes.
Juan José Díez IES Campo Charro 3º A
3 comentarios:
Una noticia muy interesante. Espero que os guste.
La noticia está muy bien
Esta bien. Pero debia de centrarse mas en "el placer de visitarlas" que en la caza de ellas, segun dice el titulo.
De todas formas es buena.
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